¿Qué hemos aprendido con las disrupciones y la pandemia?
PRÓLOGO DEL LIBRO (borrador)
Cuatro vectores han confluido en la situación actual, y en la
que se va a producir, de la educación universitaria y en buena parte de la
educación en general:
Uno lo constituyen las tendencias que ya existían de la
educación apoyada por la tecnología, la educación abierta, la educación on
line y en general todas aquellas manifestaciones de la actividad educativa
y de la forma en que se producen los aprendizajes, que se han visto afectados
por la sociedad digital y por sus implicaciones.
Otro lo constituyen formas de docencia y de evaluación que
se han manifestado como altamente eficientes en este contexto estructural. Aunque
nos parezca anecdótico, pero ya veremos que no, afecta a sistemas educativos y
universitarios enteros, de entre los más pujantes
En particular nos referimos a Mastery learning, o lo
que de forma vaga o perifrástica se ha denominado modelo de dominio en el
aprendizaje, y en otros casos modelo Singapur.
El tercero lo constituyen las disrupciones educativas y
universitarias.
El último vector lo constituye, cómo no, la pandemia y el tránsito forzado y repentino a formas de docencia y evaluación que respetasen las normas sanitarias y que, en lo posible, cumpliendo sus fines de organizar la actividad de aprendizaje y de evidenciar los logros de los alumnos, se viese afectados lo mínimo por la situación sobrevenida.
En conjunto se ha producido una situación nueva con caracteres
de permanecía. La pandemia ha acelerado unos cambios que de otra forma se
venían produciendo de forma gradual, y sobre todo ha puesto de relieve su conveniencia
en cualquier situación y los ha consolidado.
En este marco nuevo y con visos de permanencia estructural,
han cambiado las bases en las que se desarrollan las actividades y sus medios,
afectando a aspectos claves
La constancia de que la complejidad de las situaciones hace
inviable cualquier explicación o solución global, nos confirma que la época de
las macroideas y de los paradigmas educativos que dan explicación, sentido y significado
a todo en cualquier situación ha pasado. Los anhelos y las ansiedades humanas
de encontrar un relato o una explicación global se han mostrado históricamente
más como fuente de problemas y de sufrimientos incluso que de soluciones. Lo
que en otros ámbitos han sido fakes, en educación, la misma situación, como
igual causa, ha dado lugar a multitud de mitos pedagógicos.
En definitiva, la teoría del Diseño Instruccional es una
teoría orientada a la práctica o una teoría práctica, en contraposición a las
llamadas teorías descriptivas:
• Las
teorías prácticas persiguen proporcionar, como objeto de la investigación, una
orientación directa sobre el tipo de métodos que hay que utilizar para
conseguir los objetivos que nos proponemos.
• En
contraposición a las teorías descriptivas, que intentan proporcionar un
conocimiento más profundo de los efectos producidos por los fenómenos que
estudian.
Es una teoría situacional. El aprendizaje depende en gran medida
de las condiciones de todo tipo en las que se produce.
En consonancia, el diseño instruccional se define como
"un proceso sistemático que se emplea para desarrollar
programas de educación y capacitación de manera continua y confiable"
(Reiser & Dempsey, 2007).
Por otra parte, como cualquier diseño, el diseño
instruccional está considerado como una práctica. Y como tal suministra métodos
que están íntimamente vinculados con la experiencia. Realmente son resultados
sistematizados de la experiencia, validados por los métodos científicos.
La consecuencia más importante de este rasgo es que está
subordinado a la experiencia. Nunca se pueden producir situaciones en las
cuales el diseño contravenga una tradición de experiencias y de prácticas
consolidadas
Todo ello nos da las claves, solo como método, para utilizar
lo que se sabe, acerca de como los individuos aprenden en distintas
situaciones. Como hemos dicho, el diseño instruccional es un saber y un conocimiento
situacional. Parte de la idea de que las condiciones determinan en gran parte
como se produce el aprendizaje, Y ninguna teoría en particular tiene las claves
para todas las situaciones o es aplicable en cualquier situación.
Partimos de varios supuestos:
- Únicamente, en este dominio como en otros dominios científicos,
se acepta como válido lo que está evidenciado en análisis y en estudios
empíricos contrastados y probados. De ellos hay miles, decenas de miles sobre
el aprendizaje en función de las condiciones en que se produce
- Todos esos resultados dan lugar, formando una sólida base,
a constelaciones de ideas unidas por relaciones, implicaciones lógicas, procesos
de síntesis, de diferenciación o de exclusión, a los enunciados generales que
constituyen las teorías. No se comprende una teoría práctica, y las teorías educativas
y sobre el aprendizaje lo son, sin esa sólida base y sin esos procesos de
sistematización de los resultados, en conclusiones y en principios.
El libro que tiene en las manos parte, de una forma deseablemente
sencilla, como fundamentación, del conocimiento que se tiene por los teóricos, y
es aceptado de una forma consensuada, acerca del aprendizaje y de cómo se
produce. De entre ellos los más conocidos y que hemos tomado como más
importantes son los primeros principios de Merrill y las condiciones del
aprendizaje de Gagné. Pero además da un repaso a los paradigmas interpretativos
de la educación, la otra derivada de las teorías. Para una propuesta concreta la de mastery learning,
hemos tomado los resultados de un trabajo seminal de Samuel Bloom conocido como
“el problema de las dos sigmas”.
A partir de ello hemos tomado como guía práctica para desarrollar
una propuesta de diseño instruccional los trabajos de Reigeluth.
Pensamos que cualquier desarrollo teórico es estéril si no
se somete al crisol, a la prueba, de lo que es realizable e implementable en
situaciones concretas con ejecuciones reales y verificables sobre el terreno
---en el aula o en el entorno tecnológico de aprendizaje---- que puedan se
contrastadas, verificadas, evaluadas y en su caso revisadas.
La manifestación evidenciable y evaluable del diseño
instruccional es la guía docente, la guía didáctica. Es decir, la redacción del
plan y la guía del itinerario que vamos a seguir en una clase desde la
expresión escrita de lo que queremos que se produzca, en cuanto a aprendizajes,
hasta los resultados que se han producido y cómo se han producido.
Para eso nos ha sido de gran utilidad algo que para muchos
sonará a original, pero que no lo es, nos referimos a los trabajos de Fink, el
teórico que fundamento la metodología de los MOOC de Coursera, sobre la
elaboración de la guía docente. Es lo que hemos llamado “guía docente con
estructura de tabla de doble entrada (matriz)”, donde aparecen como veremos, lo
ítems de contenidos (que previamente hemos obtenido mediante cualquiera de las
técnicas clásicas de secuenciación de contenidos) aparecen como filas y las
componentes del diseño instruccional de cada uno de ellos (contenido,
resultados de aprendizaje, actividades, evaluación y recursos) aparecen como
columnas.
Con ello hemos redactado la segunda parte de este libro.
Imagen: Portada y contraportada del libro "El diseño instruccional y la evaluación en la nueva educación universitaria ¿Qué hemos aprendido con las disrupciones y la pandemia?". Kindle Direct Publishing. ISBN: 9798727690062. DOI: 10.13140/RG.2.2.21911.29605.